Vicios

Vicios no. Quise decir servicios

Ese de ahí arriba soy yo y aunque no lo parezca estoy durmiendo. Y además tuve un sueño que te voy a contar más adelante.


Pero antes, quiero decirte que no puedo venir acá y hacerte leer que mi misión en la vida es cambiar al mundo, que tengo unos valores que harían llorar de la emoción hasta a una piedra o que tengo 30 carreras con 1500 años de experiencia.

No puedo.

No lo veo serio.

Soy informático y me dedico a diseñar sitios webs para que la gente lea y compre.

Ese es mi trabajo.

¿Suficiente? ¿Insuficiente?

No te sé decir. Depende lo que busques.

Lo de cambiar al mundo… honestamente no me lo planteé. Que queres que te diga.


¿Por qué te cuento esto?

Porque tengo un nene chiquito.

Tan chiquito que todavía mira al mundo con ojos inocentes y al que le cuento un montón de buenas historias antes de dormir.

Y aunque estuvimos peleados mucho tiempo, hace muy poco me reconcilié con él y le dije lo orgulloso que pone.

Y le di un abrazo.

Y fuimos inmortales.

Cuestion, que en mi sueño, a mi nene chiquito se le caían los dientes y todos lo miraban burlandose.

Dicen que el significado de este tipo de sueños está relacionado, entre otras cosas, con problemas de autoestima y miedo a enfrentarse a una situación que nos atemoriza.

No entré en pánico por unos zombies de ojos amarillos y brazos alzados avanzando de manera torpe pero decidida en busca de mi cabeza. NO.

Ni por un asesino en serie persiguiendome con un machete y una máscara de hockey.

No, nada de eso, entré en pánico por no saber ¡enfrentarse la vida!

Lo que me hizo levantarme con el corazón dando cabezazos contra mi pecho fue el miedo a la vida.

Así que ahí estaba yo muerto de miedo porque mi nene dejara de ser chiquito.

Y se hiciera hombre. De golpe.

Sin poder asimilarlo.

Sin tiempo para entender nada.

Sin acumular recuerdos, sin más noches navideñas ni cumpleaños en familia.

Todo se había ido.

Poco a poco fui recuperando el aliento y ordenando mi cabeza.

Me di cuenta que mi nene era yo. Y ya había crecido.

No me preocupaba el paso del tiempo. Pasa y ya está.

La angustia era que pasara de golpe y sin vivirlo. Yo solo quiero vivir. Nada más.

Y poder poner orgulloso a mi niño interior. A mi nene chiquito, que vive adentro mío y vive adentro de todos.


Ya termino

Dicen que esta sección es para hablar del problema que solucionas y conectar con el lector.

Muy bien.

Entonces debería contarte que conmigo vas a vender más. Que un buen trabajo de diseño web, uno bueno de verdad, cambia la vida de cualquier negocio.

Pero lo debo hacer sutil, sin darme importancia. Que no parezca que te quiero vender nada. Todo el mundo sabe que vender es malisimo y espanta a todo el mundo.

El protagonismo debe ser del lector, o sea, para vos.

Onda, tengo que llevarte al Nirvana. Hipnotizarte. Persuadirte.

Lo que tengo que hacer es contar una buena historia, a poder ser personal. Los yanquis le dicen  s t o r y t e l l i n g.

Yo superé un virus en el 2019. Desde entonces soy mucho más fuerte y libre.

Espero que te estes identificando conmigo.

Con estas cosas conectas con tu audiencia. Y confían en vos. Vos ya tenés que estar confiando en mí. O deberías.

Y por último, tenes que incluir un  c a l l   t o   a c t i o n, me refiero, una llamada a la acción.

Que se suscriban, que te compren, lo que sea. Pero que hagan algo, que leer no es gratis y no se vive del aire.

¿Todo bien?

Te lo resumo:

Soy diseñador web. De eso se.

Otras cosas no.


Escribime hoy, resolver las dudas que te quedan es parte de mi trabajo